Conocido como Ki en Japón o Prana en India, el Qi según la Medicina Tradicional China es el principio de la vida. Puede tener varios significados, como aire o respiración, pero de forma usual es más bien utilizado para representar el concepto de energía o esencia vital. Aunque es inmedible, no se puede ver, ni tocar, esta fuerza es conocida indirectamente por sus efectos, por lo que genera y protege. El Qi genera movimiento y calor, estando constituido por la energía del cielo y la energía de la tierra. El Qi está presente en todas las cosas de la Naturaleza: en el agua, en la luz, en los alimentos, en los seres humanos…

Todas las actividades del cuerpo y la mente de los seres humanos son manifestaciones del Qi (sentir, moverse, reflexionar, digerir, percibir emociones). En el cuerpo humano el Qi se concentra en todos los órganos y fluye desde el centro del cuerpo hacia todas las partes exteriores, volviendo de nuevo al centro. La forma en la que el Qi recorre nuestro cuerpo define nuestra salud y nuestra calidad de vida (puede trabajar a favor o en contra de nosotros).
Se conocen varios tipos de Qi, pero dentro del cuerpo humano podríamos decir que existen dos categorías:
1º el Qi heredado, congénito, el que guardamos en los riñones
Este tipo de Qi no es renovable y es el que vamos desgastándolo poco a poco durante toda la vida, por eso tenemos que cuidar la forma en la que lo gastamos. El estrés, los excesos, la mala alimentación y la intranquilidad pueden debilitar nuestro Qi.
2º el Qi adquirido, que se puede renovar diariamente a través de la alimentación y la respiración
Los pulmones acumulan el Qi de la respiración, mientras que el estómago y el bazo convierten los alimentos, incluyendo la bebida en Qi nutritivo. Los alimentos, el Qi constructor, representa la fuente a partir de la cual se construye nuestro cuerpo. La esencia de los alimentos y el aire convierte el cuerpo en una sola entidad- el Qi puro. La actividad para adaptarse a las influencias del clima o para movilizar la resistencia a microorganismos nocivos y a las substancias dañinas del medio ambiente se conocen como el Qi defensivo. Estos tres forman parte de la energía adquirida.
El Qi tiene su propio movimiento y activa el movimiento de otras cosas, sana y se mueve libremente. Sin embargo, el estancamiento o el exceso del Qi puede ocasionar dolencias, enfermedades, o trastornos anímicos.
Dentro de nuestro organismo el Qi tiene varias funciones:
- asegura la transformación de los alimentos y del oxígeno en energía
- protege el organismo de los gérmenes que producen enfermedades
- desempeña un papel de defensa contra las influencias medioambientales negativas
- controla la temperatura corporal
- asegura la energía necesaria para las funciones fisiológicas de los órganos, aparatos y tejidos
- mantiene la sangre y el líquido corporal en los órganos y en sus circuitos
El Qi es la fuerza de todos los procesos vitales, pero de nosotros mismos depende la forma de mantener el equilibrio, nuestra salud y nuestro bienestar, por lo que es muy importante tanto el aire que respiramos, como los alimentos que ingerimos para nutrirnos bien.